domingo, mayo 13, 2007

AMERICAN COSMIC MUSIC. La leyenda de Gram Parsons. (2)


The Byrds. “Sweetheart of the Rodeo” (1968, Columbia/Legacy)

En el año 1968, el fantástico grupo The Byrds había quedado reducido a Chris Hillman y Roger McGuinn, tras los abandonos de David Crosby y Michael Clarke.

Chris Hillman presentó a Gram Parsons a McGuinn y le ofrecen entrar a formar parte de los Byrds.

Gram parsons, todo un desconocido por aquel entonces, ni lo duda, abandona su grupo The International Submarine Band y se integra en The Byrds, un grupo de primera línea entonces, y uno de los mejores de la historia del rock, para mi gusto.

Este trío junto al batería Kevin Kelly (primo de Hillman) firmaron el sexto disco de los Byrds, "Sweetheart Of The Rodeo" pieza clave del country-rock.

Gram Parsons estuvo sólo cinco meses con ellos pero fue tiempo suficiente para contagiarles su visión musical, arrastrando a los Byrds, que buscaban un nuevo sonido, hacia el country-rock. En los Byrds encontró la complicidad de Hillman (gran amante del country, y cuyos inicios como músico se desarrollaron en el bluegrass).

De esta forma, el sonido final de "Sweetheart of the Rodeo" parecería más propio de los Flying Burrito Brothers, el siguiente proyecto de Parsons, que de lo anteriormente grabado por The Byrds. El disco contenía varios temas originales de Parsons, incluyendo la magnífica "Hickory Wind".

Este nuevo sonido dividió a los seguidores del grupo, ya que muchos echaban en falta los característicos sonidos primerizos de la guitarra de Roger McGuinn, y muchos consideran que rompió la trayectoria de los Byrds hacia sonidos más psicodélicos, como los que acababan de hacer en su disco anterior, el también excelente “Notorius Byrd Brothers”.

La anécdota, en este disco, es la regrabación de la voz solista por McGuinn en temas originalmente cantados por Gram Parsons, (actualmente con su reedición en C.D por Columbia/Legacy que incluye maquetas de dichos temas con Parsons en la voz, es posible reconstruir el contenido original).

La razón fue la resistencia de Lee Hazelwood (dueño de LHI Records) a que Gram, un artista con contrato con su sello como parte de la International Submarine Band, apareciese en esta grabación.

En todo caso este disco es no sólo la última gran obra de los Byrds, sino también el inicio de lo que se llamaría “Country Rock”.

Es una obra maestra, en la que esa repentina "conversión" al country suena muy convincente, gracias a los excelentes músicos de sesión ("steels", banjos, mandolinas, violines y guitarras) capaces de dotar de "autenticidad" a estos “novatos”.

La propuesta de los Byrds, (más bien la de Gram Parsons), llegaba demasiado pronto, y fue incapaz de superar la guerra abierta por entonces entre dos mundos, el del rock y el del country, que en su enfrentamiento reflejaban un conflicto generacional y hasta cultural.

Así que, si el mundo del country, un mundo muy cerrado, recibió el disco de la International Submarine con indiferencia, con el de los Byrds, un grupo con cierta notoriedad, pasó directamente a recibirlo con manifiesta hostilidad, negándose a programarlo en las radios country, etc.

El mundo del rock le da también la espalda, el disco es demasiado country y se considera, por muchos, un paso atrás definitivo en la evolución de un grupo como los Byrds, que venía de firmar varios discos buenísimos en una línea influenciada por sonidos folk, pero dentro de una música psicodélica.

Yo no diría tanto. Para mí el disco, sin ser tan bueno como lo que haría Gram Parsons posteriormente (en solitario y con los Flying Burrito Brothers), no deja de ser, para mi gusto, una obra maestra. Y uno de mis discos favoritos.

Claro que, a quien no le gusten los sonidos country, le resultará insufrible, el disco es country rock, pero todavía más country que rock. Tampoco le faltan versiones de temas soul (como You Don`t Miss your Waters, con sonidos y arreglos totalmente country, eso sí) o las habituales versiones de Bob Dylan. (You Ain´t Going Nowhere).

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