viernes, diciembre 15, 2006

VINICIUS DE MORAES. "En la Fusa con María Creuza y Toquinho" (1970, Trova)

Marcus Vinícius da Cruz de Melo Moraes, Vinicius De Moraes, uno de los principales iconos de la música brasileña, además de poeta, periodista, diplomático... nace en 1913 en La Gavea, Brasil.

Vinicius siempre supo rodearse de intérpretes y compositores extraordinarios, lo que le lleva a colaborar con los mejores talentos de la música brasileña de todos los tiempos, y así, en 1956 conoce a Antonio Carlos Jobim, y, junto con Joao Gilberto, crean el movimiento musical más importante de Brasil: ni más ni menos que la bossa nova.
Expulsado de la diplomacia, vive sólo para la música y poesía y, en 1970 Conoce a su gran amigo y colaborador, el extraordinario guitarrista y compositor Antonio Pecci Filho, Toquinho. (Nacido en Sao Paulo en 1946).
Su unión artística durará 11 años y casi 30 discos, y su amistad, toda la vida; Vinicius compone las letras y Toquinho la música, y a veces los textos. Toquinho es el único músico de su generación que compuso con Vinicius.

En Junio de 1970, Vinicius les llama a él y a María Creuza para actuar en La Fusa, Mar del Plata, Buenos Aires.
A Vinicius le gustó tanto el resultado que grabó un Lp “en vivo en el estudio”, sin público que distrajera, aunque añadió el ambiente real de La Fusa.
Considerado el mejor disco de Bossa Nova de todos los tiempos, con canciones del propio Vinicius y versiones de Jobim, Baden Powell y Caetano Veloso, resulta el disco ideal para introducirse en el apasionante mundo de la Bossa Nova y de la música popular Brasileña, cuando la poesía se hace música (Vinicius) y la música se hace poesía (Toquinho), acompañados de la voz de María Creuza, excepcional, cálida, melancólica, dulce... muy difícil de describir con palabras.
Las interpretaciones son fantásticas, el ambiente (simulado) trata de reflejar lo que fueron esos conciertos, y la capacidad instrumental de Toquinho, el encanto y la dulzura de María Creuza y el carisma de Vinicius, que hace de maestro de ceremonias y cuentacuentos, destacando el trabajo de sus colaboradores y poniendo en cada caso el teatro necesario para convertir el concierto en un espectáculo completo e inolvidable, hacen de este disco una grabación histórica, y una obra maestra imprescindible.
¿Canciones? Todas, pero, por destacar alguna, Tomara, Que maravilha, A Felicidade, Garota de Ipanema o Berimbau.
Imprescindible, no importa que no te guste demasiado la música brasileña, este es de esos discos que está por encima de cualquier tiempo o estilo.

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